La inquietud por explicar el ejercicio del poder y la dominación social constituye una preocupación constante en el pensamiento de Max Weber. Sus planteamientos sobre la toma de decisiones y sobre los motivos que sustentan las diversas formas de autoridad se encuentran desarrolladas tanto en Economía y sociedad como en los escritos políticos y los estudios de las grandes religiones universales.
De allí que, lejos de compartir la frecuente compartimentación temática que se ha hecho de estas obras —entre los intereses políticos y su sociología política por un lado, y entre la sociología política y la sociología religiosa, por el otro— el presente trabajo recurre a las diferentes fuentes rastreando ciertas concepciones sobre la organización política presentes en todas ellas. Para analizar el patrimonialismo nos proponemos adentrarnos en la sociología de la dominación en Weber concibiéndola no como una serie de estudios “aislados”, sino en relación con sus “otras sociologías”, específicamente la religiosa, la económica y la jurídica. Pensamos que únicamente mediante el estudio de estas cuatro perspectivas podremos comprender el significado de la sociología de la dominación en el contexto general de la obra de Max Weber y la forma en que las organizaciones políticas se vinculan con las otras esferas de la vida social.
Como mencionamos anteriormente, nuestras fuentes básicas serán los textos compendiados en Economía y sociedad y los estudios de Weber sobre religiones orientales (en particular los casos de China e India). En la evaluación de estos ensayos intentamos superar algunos errores de interpretación originados por la confusión de las fechas reales de redacción de los mismos. Por un lado, algunos autores como Reinhard Bendix[1] han afirmado equivocadamente que Economía y sociedad ocupa un lugar privilegiado por tratarse de la última obra de Max Weber en donde sus concepciones están más acabadas y elaboradas. Como contrapartida, otros estudiosos como F. H. Tenbruck aseveran que en Economía y sociedad Weber no alcanza a desarrollar la profundidad analítica que posteriormente se presenta en los estudios sobre religiones. Lejos de coincidir con cualquiera de estas lecturas, nosotros estamos de acuerdo con Jeffrey C. Alexander cuando explica que, en realidad, las preocupaciones políticas y religiosas de Max Weber están históricamente entrelazadas; la mejor evidencia de que así deben ser consideradas viene del propio Weber quien, en un documento escrito en 1915, señala que los estudios comparativos sobre religiones están planeados para aparecer como complemento al capítulo sobre el tema incluido en Economía y sociedad. Como hemos señalado, entre 1911 y 1913 Weber trabajó intensivamente en las secciones políticas e históricas de Economía y sociedad. Durante los cuatro años posteriores aparecerán sus monografías sobre la sociología comparativade las grandes religiones universales. En la última etapa de su vida, Weber continuó con sus estudios sobre religiones y paralelamente redactó ensayos políticos y dio cátedras sobre historia económica. Sus pláticas en Viena sobre el socialismo y el Estado se pronunciaron en 1918. Las lecciones compiladas en Historia económica general datan de 1919, mismo año de publicación del ensayo sobre la religión en China. En 1920 Weber añadió notas de pie de página a La ética protestante y redactó el ensayo sobre la racionalización histórica que se convertiría en la conocida “Introducción” a sus volúmenes sobre las religiones comparadas.
Pensamos que es válido buscar la continuidad de planteamientos en estas obras ya que en ellas la inquietud inicial weberiana por el capitalismo se ha extendido a una preocupación más amplia sobre el proceso de racionalización occidental en sus diferentes aspectos — político, religioso, artístico, etc.—.Por tratarse de trabajos redactados durante el periodo propiamente “sociológico” de Max Weber, el desarrollo de las categorías adquiere una generalización mayor que el que previamente tenían sus escritos históricos. Al respecto, algunos autores consideran que los “dos periodos” de la producción académica de Weber coinciden con la crisis nerviosa que sufrió de 1897 a 1902. Otros estudiosos como Wolfgang Mommsen afirman que este cambio de perspectiva en la obra de Max Weber se hace evidente en 1913 cuando el autor escribe una parte de la sociología de la dominación y el ensayo “Sobre algunas categorías de la sociología comprensiva”, que posteriormente se integrarán como diferentes secciones de Economía y sociedad. A partir de entonces, la mayoría de su producción deja de ser fundamentalmente una “historia de la cultura” para dar lugar a una sociología universal y sistemática. Por nuestra parte creemos que la diferenciación entre la “etapa histórica” y la “sociológica” de Weber nos es muy útil para distinguir como parte de la segunda las fuentes básicas de nuestro trabajo. El hecho de que en sus últimas obras Weber se preocupe por una mayor precisión conceptual con alcances generalizadores nos permite hacer un seguimiento de los significados de la terminología en el contexto de la teoría general del autor. Sin embargo, no nos interesa entrar en la polémica sobre las fechas precisas de la periodización porque ésta de ninguna manera debe interpretarse como una división drástica del pensamiento de Max Weber. Por el contrario, muchos de los temas que Weber trata en sus escritos históricos están presentes posteriormente en su obra sociológica —de hecho el interés por la cuestión patriarcal y patrimonial se remonta a sus primeras obras en que analiza las presiones económicas y psicológicas que impulsan a los junkers a explotar sus empresas y minar de este modo el viejo orden social. Es tan exagerado hablar de una ruptura que deslinda entre un “Weber joven” y un “Weber adulto”, como defectuoso afirmar que “no hay ninguna señal de una posible distinción, en el nivel metodológico, entre conocimiento histórico y conocimiento sociológico”. Por otro lado, el hecho de que tanto los estudios políticos como los religiosos correspondan al periodo propiamente “sociológico” de Weber no implica que éstos compartan estructuras similares, por el contrario, se trata de trabajos con características claramente distintivas. Mientras en Economía y sociedad —incluso en aquellas partes “cargadas de historia”— los conceptos adquieren una dimensión más general y sistemática, en los libros sobre China e India —por tratarse del análisis de casos concretos — la aplicación de las categorías sociológicas generales se hace en función de las circunstancias específicas.
Por la propia naturaleza de la obra las conceptualizaciones que han sido definidas con más claridad como “categorías sociológicas” —y que han sido difundidas como tales— son las que se encuentran en Economía y sociedad. En los estudios allí compendiados Weber explica sus tesis en torno a los diferentes tipos de dominación dedicando apartados específicos para las distintas modalidades de los mismos. De allí que la mayoría de los académicos interesados en el estudio de estas temáticas weberianas se centren fundamentalmente en este libro. Por razones similares, en el presente capítulo también acudiremos primordialmente a la “sociología de la dominación” desarrollada en Economía y sociedad recurriendo, en forma secundaria, a los otros ensayos arriba mencionados.
Antes de iniciar nuestro análisis conviene aclarar que, si bien es cierto que aceptamos cierta periodización que distingue entre la “fase histórica” y la “etapa sociológica” de los trabajos de Max Weber, consideramos que para estudiar esta última la selección temática y el criterio teórico-metodológico deben regir sobre las cuestiones histórico-cronológicas y biográficas. De allí que no nos preocupemos demasiado por distinguir entre las dos partes de Economía y sociedad dedicadas a la dominación escritas en diferentes años y empecemos este primer capítulo abordando la tipología weberiana a la luz de los enunciados que el propio autor expone en sus “escritos metodológicos” y que arrojan luz sobre la construcción de los conceptos y sus relaciones con la teoría general.
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